lunes, 22 de junio de 2009

COIL

Con este nombre tan extravagante en mi cabeza, comencé la semana pasada.

He rebuscado por Internet para saber que era esto que, la ayudante de mi oncóloga dijo que me tenía que poner...urgentemente.

Pero antes de que me pongan...NADA, yo necesitaba saber exactamente que es, para que sirve, si duele, si tiene efectos secundarios, etc.

Así que, para resolver mis dudas, pedí hora con mi oncóloga (pese a que ir al hospital cuando no es necesario me gusta tanto como que me quiten una muela sin anestesia) y fui.

En cuanto me vio, mi dulce y simpática oncóloga me preguntó "tienes tratamiento hoy???".

Y yo dije "NOOOOOR pero necesito hacerte unas preguntas".

Me contestó que vale, pero que no tenía mucho tiempo porque tenía a 2 pacientes cabreadas porque iba retrasada...y le dije que no se preocupara, que sería rápida como un rayo.

Y saqué mi lista de....47 preguntas.

Con mi primera pregunta, la doctora entendió que me pasaba.

Yo pregunté "es necesario que me ponga el COIL?".

Me miró y sonrío...y la muy simpática me preguntó si tenía miedo. Le dije "por supuesto que no, estoy ACOJONADA".

Se rió y comenzó a explicarme que el COIL es un arpón microscópico que me tienen que poner para marcar el tumor y así, tenerlo localizado porque estaba reduciendo mucho y no quería perderlo.

Mi tumor ha pasado en 4 ciclos de quimio de 4 cms. a 1,5 cms. y como me quedan 4 ciclos más, puede "desaparecer" y por eso hay que poner el Coil.

Me contó que, a una paciente suya le había ocurrido que, después de varios ciclos de quimio el tumor había desparecido. Esta situación que a priori sería estupenda, no lo es, porque médicamente, por mucho que el tumor desaparezca esa mama sigue teniendo cáncer por lo que tuvieron que hacerle una mastectomía.

Con esa explicación me dejó muy convencida y dije vale...aceptado.

La colocación de este "elemento" se hace en radiología. Me hacen una mamografía y una eco y cuando tienen localizado al tumor, me anestesian localmente, me pinchan con una aguja o algo así, y me colocan el COIL o arpón.

Una vez resuelta esta gran duda, seguí con otras preguntas:
*Tiene efectos secundarios
*Me producirá dolor
*Tengo que tener algún tipo de cuidado especial
*Etc.

A todo me dijo que no.

Luego continué con preguntas generales sobre el cambio de medicación ya que no recibiré más Adriamicina y Ciclofamida. Me dijo que mi elección de Docetaxel cada 21 días es la correcta.

Luego hablamos de la operación que en principio será, a finales de septiembre.

Cuando me resolvió todas mis dudas me preguntó "estás más tranquila ahora". Le dije "si...ahora si gracias".

Ella agregó "estás como una cabra, venga...dame dos besos". Y me reí, y le di dos besos y me fui contenta.

Y mañana...me ponen el COIL.

lunes, 15 de junio de 2009

Dudas


Quien me mandará a mi...decir que todo me iba...muy bien?.

Bueno, realmente todo va bien...pero el fin de semana pasado ha sido uno de los "difíciles".

El martes, día de la última quimio...fue un día de locos.

El hospital parecía el metro en hora punta, entré a las 9 y salí a las 17.00 hs., cansada, con hambre, hartita.

Pero antes de la quimio...tuve la consulta con mi oncóloga...o eso creía yo.

Entré y esperaba ver la cara de mi doctora y cual es mi sorpresa cuando me atiende, su residente.

En estos momentos en lo que...como todo el mundo "hago lo que puedo" no tengo mucha paciencia para entender porque, uno de los días más importantes del tratamiento (cambio de medicación, confirmación de la reducción del tumor, etc.) no está mi oncóloga sino, otra persona que no me conoce de nada.

En cuanto vi a la pobre residente, me puse de "uñas".

Le pregunté que porque no me atendía mi oncóloga y me contestó con "está ocupada". Eso me puso más nerviosa aún, porque por mucho que esté ocupada, yo soy su paciente y su obligación, es atenderme.

Porque no tengo gripe, o un dolor de estómago, tengo un tumor que está siendo tratado porque...estoy superando un cáncer de mama.

Convengamos que, mi predisposición a "charlar" con esa desconocida era nulo. Pero al menos lo intenté.

Hablamos del cambio de la medicación para las próximas quimios. Tuve que elegir entre dos opciones y le pregunté cual era su recomendación. Y la muy graciosa me dice "hombre, la primera a mi me gusta mas!". Casi me tiro encima de su cuello cuando me dijo eso, como si estuviéramos hablando de que tipo de falda me pongo hoy?.

Le dije que me argumentara y no supo que decirme. Las opciones eran o 8 quimios, una por semana con una medicación o, 4 cada 21 días con otra medicación.

Puestos a elegir...prefiero que me pinchen 4 veces, no 8 porque tengo las venas como para hacer chorizos, pero si me hubiera argumentado algo más profesional, tal vez hubiera aceptado la otra opción. Pero elegí, ir 4 veces más.

Luego me revisó. Me dijo "...el tumor se ha reducido y mide 1,5 cms". Yo pensé...esta chica donde tiene el metro, el medidor o lo que sea que sepa que de 4 cms. que medía mi tumor ahora mide 1,5 cms.?

Es una noticia excelente y lo sé, pero no confío en esa residente. Básicamente porque no creo que tenga tanta experiencia como para ser tan exacta...y arriesgarse a decirme eso, que mi tumor ahora, mide 1,5 cms.

Terminó la consulta.

Yo estaba nerviosa y pedí hablar con mi oncóloga. En ese momento, mi doctora sale y me dice estoy muy ocupada, te vamos a poner un COIL.

No entendí nada y la residente, vuelve a meterme en la consulta. Me dice que, debido a que el tumor se está reduciendo, me tienen que poner un COIL para no perder el tumor. Esto se hace porque en caso que siga reduciendo puede perderse (?) y no ayudará en la operación.

Si antes de eso estaba nerviosa en ese momento estaba...peor. Tuve que salir corriendo a pedir hora para ese COIL a otro edificio (el hospital 12 de octubre es inmenso), volver, con la vía abierta para esperar la quimio, y hacerme la quimio.

El famoso COIL es una especie de arpón para "marcar" el tumor.

La residente, no supo aclarar mis dudas, ni fue lo segura que yo, hubiera necesitado. Es cierto que yo...pregunto todo, pero es mi derecho saber, que van a hacer en mi cuerpo.

Así que pasé un fin de semana horrible. Estaba angustiada y no sabía porqué.

Me sentía mal del estómago, me di cuenta que he comenzando a perder cejas y pestañas (y no contaba con ello), hacía calor en Madrid y mi cuerpo era un horno, he perdido un poco la sensación del gusto, y tengo la nariz como si dos personas me la estuviera abriendo...uno de cada lado (es como si tuviera el olfato...al 1000%)...vamos...horrible.

Tan mal me sentía en general que no podía estar sentada, ni acostada, ni en la terraza, ni en el comedor, no sabía que me pasaba, hasta que llamé a mi hermana.

Hablé con ella y le conté todas esas cosas y comencé a llorar sin parar. Mi hermana...como siempre, me ayudó a darme cuenta que, estaba angustiada porque no podía llorar.

Eso me pasaba, además de todo lo demás...no podía llorar y me estaba ahogando.

Me convenció para que pida hora con mi oncóloga y reconfirme con ella todo lo que me dijo la residente.

Además, tengo que saber que es el COIL, para que sirve, si es estrictamente necesario, si me lo ponen con anestesia, si sentiré algo, etc.

Resumiendo, tengo derecho a saber que hacen en mi cuerpo porque para eso, es mío.

A partir de la charla con mi hermana, lloré todo el fin de semana y me sentí bien pudiendo llorar.

Y una vez "llorada" me sentí tranquila sabiendo que tengo que seguir luchando y que tengo derecho a sentirme mal si lo necesito, a llorar si hace falta y luego, a volver a levantar la cabeza y caminar hacia adelante.

No hay otro camino...sólo está el de...PARA ADELANTE.

miércoles, 10 de junio de 2009

Nueva etapa

Bueno...una quimio menos y de las más fuertes.

Estoy muy contenta porque ya pasé la 4ta. la última de las fuertes y ahora comienza una segunda etapa con quimio más suave y con menos efectos secundarios.

Pero gracias al universo mis efectos secundarios más molestos como vómitos y nauseas no hay existido. No he tenido vómitos, sí algunas nauseas pero con las pastillas que me daban antes de y después de la quimio lo he podido llevar bien. Lo de quedarme sin pelo y con uñas negras...eso es estético y con el tiempo...mejorará. Pero los efectos más temidos, por suerte los he pasado muy bien.

El Emend para antes de la quimio me ayudó mucho y luego el Primperán cada 8 horas x 3 días, más mi cabeza en su sitio...y pensando en positivo, he podido pasar estas cuatro quimios a las cuales tenía más "acojone".

La buena noticia, además de esta es que, el tumor al tacto y según la oncóloga se ha reducido más de la mitad. De 4 cms. ahora mide 1,5 cms. por lo que tienen que ponerme el próximo 23 un COIL. Al principio no sabía que era y no me gustó la idea.

Pero luego me informé y es una especie de alambre de platino para tener localizado el tumor porque si se sigue reduciendo, a la hora de la operación no lo podrán localizar con facilidad. O sea seré algo así como una vaca con una guía:-). También podría ser como un león en África pero bueno...al fin y al cabo es para localizar el tumor y tenerlo a mano.

Así que son buenas noticias, sólo espero que eso no pite en el aeropuerto porque yo me voy a Argentina en julio, a estar unos días con los mios para recargar energía positiva que tanta falta me hace.

De todas las buenas noticias de ayer, aprendí una lección.

Unas de las preguntas que supongo todos nos habremos hecho en algún momento de este proceso de la enfermedad es...PORQUE A MI?.

Yo también lo pensé...ya no recuerdo cuando, supongo que al principio de todo, y por suerte esa pregunta no volví a hacérmela.

Pero ayer, si hubiera tenido esa pregunta aún en mi cabeza...se me hubiera ido en el instante.

A mi lado, mientras me daban quimio se sentó una chica muy joven y me encogió el corazón.

La rodeábamos 4 mujeres -yo entre ellas- de más de 40 años casi todas y alguna, de más de 60.

Pero en cuanto la vimos sentarse, en su primer día, tan tranquila, tan calmada, tan interesada en saber como era y mirando todo lo que le hacían...todas las "viejas" nos lanzamos a protegerla.

Yo la miré y le sonreí, ella se tomaba su pastilla y se le cayó y le dije donde estaba...yo quería hablarle pero buscaba el momento de decirle algo, para animarla.

Pero no le hizo falta...ella tenía mucha más energía que todas nosotras.

Su novio estaba pálido el pobre y ella le decía que se vaya para casa, que tenía que estar ahí 5 horas y que no hacía falta.

Pero no había dios que lo quitara de su lado.

Cuando la vi receptiva, le pregunté si era su primera vez y como estaba.

Me dijo que si, pero que estaba muy tranquila, que tenía cáncer de hígado, y en el 4 tumores malignos. Uno era de 15 cms. por eso no podían hacerle un trasplante todavía hasta que no reduzca.

Yo me quedé helada e intenté seguir escuchándola con cara normal...pero me pareció tan injusto que esa niña estuviera ahí sentada...!.

Tenía la edad de mis sobrinos y eso...no SI QUE NO es justo.

Pero ella, lo tenía claro...me dijo estoy acostumbrada a esto, mi abuelo tiene 90 años y tuvo cáncer de hígado también, mi tío tiene 60 y tuvo cáncer de pulmón...así que en mi familia está por todas partes el cáncer, pero todos lo superamos. OLE POR ELLA.

Realmente creo que la justicia poco tiene que ver con esto. Es una enfermedad que te llega y tienes que luchar para salir adelante y con ese espíritu allí estaba...sentada la que todas bautizamos "la niña".

Salí de quimio diciéndole a todas "...a cuidaros...que ya pronto todas lo superaremos!!!. Todas me sonrieron y me saludaron...y yo me fui a casa más segura que esto en breve será historia.

Y por supuesto, admirando la entereza de "la niña" que me dio sin saberlo una gran lección de fortaleza...que me servirá cuando algún día (espero que cada vez menos) me venga algún bajón de esos.

domingo, 7 de junio de 2009

Ciclos

El lunes 6 abril llegué al Hospital para recibir mi primer ciclo de quimioterapia.

Yo no sabía lo que era un ciclo, pese a que había leído en Internet, no entendía si un ciclo era un período de tiempo entre una vez que iba al hospital hasta el siguiente u otra cosa.

Con el tiempo aprendí que no, que un ciclo es cada vez que vas al hospital a recibir como yo lo llamo...el tratamiento.

De la mano de mi hermana...con mentalidad positiva y un poco asustada, cuando llegó mi turno entré en una gran sala pintada de verde.

Hice un recorrido visual por toda la sala pero decidí que no quería mirar el panorama.

Toda la gente que había era mayor que yo y eso, me dolió un poco.

Le dije a mi hermana "...soy la persona más joven de la sala".

Mi hermana miró alrededor y me dijo "no, allá hay un chico joven".

Y en ese mismo instante me sentí mal por pensar durante unos segundos..."porque yo?".

Ese pensamiento junto con los de "tengo 48 años, siempre he sido una persona sana, no estoy operada de nada, siempre he llevado una vida sana, no es justo, no quiero que esto me pase a mi, porque a mi?" ya los había pasado.

Cuando esto empezó me hice todas esas preguntas que seguramente, se hace todo el mundo cuando le dicen que su vida...a partir de ese instante, ya no será la misma.

Tu vida se para, dejas de trabajar, dejas de hacer lo que hacías y comienzas un camino desconocido.

Y como todo eso me daba vértigo...busqué la manera de informarme y así, ver más allá de mi propio miedo.

Me compré varios libros sobre alimentación contra el cáncer, averigüé como calmar mi mente y mi espíritu y me ilustré con todas las posibilidades.

Y elegí las que según mi forma de ser, mis creencias y mis conocimientos eran más a fin a mi.

Por eso cuando supe que había alguien más joven que yo en esa sala, me dio tristeza por esa persona y dije vale...deja ya de pensar tonterías, aquí estamos CUALQUIERA y no sirven las comparaciones.

Seguramente cada uno llevará su propio camino y se habrán preguntado mil veces las mismas cosas que me preguntaba yo al principio.

La enfermera me volvió a la realidad. Me senté frente a ella y le dije que por favor me dijera como era "esto".

Luego le ofrecí mi vena más guay...porque tengo buenas venas y muchas de ellas se ven a simple vista.

Me callo la boca diciéndome "...yo sé donde ponerte la aguja y cuando terminé, te explicaré porque no te la pongo donde tú quieres".

Cerré los ojos, y me pinchó. Y luego me explicó que, en la zona donde yo quería que me la pusiera no puede porque es una zona con muchos nervios y es peligroso.

Cerré la boca y dije vale!.

Luego me explicó que me sentaría en uno de esos cómodos sillones verdes y que me quedara tranquila y que pasarían la medicación por mi vena.

Yo ya sabía que la Adriamicina y la Ciclofamida, la medicación que me iban a poner era de la más fuerte (además la oncóloga ya me lo había dicho) y tenía miedo a una en especial...a la que llamaba "la roja" la Adriamicina.

Una vez más y antes de ir al tratamiento, busqué en Internet el tipo de medicación que era y encontré un cuadro con cada medicación utilizada en la quimioterapia. El cuadro estaba detallado por orden de "mayores efectos secundarios a menores". Y estas dos medicaciones eran...efectivamente, de las fuertes.

Me senté, mi hermana me cogió de la mano y juntas hicimos ejercicios de respiración para relajarme. Mi corazón iba mil por hora, pero mi hermana me decía "mirame a los ojos y respira profundamente".

No sé que cara tendría yo...supongo que de pánico...porque mi hermana solo decía eso "mirame mi vida...respira...tranquila".

Yo no quería ver nada, ni los sueros, ni cuando entraba una medicación ni otra. Soy un poco hipocondríaca y si sabía lo que estaba pasando me iba a poner mal. Por eso, sólo quería recordar que eso era y es bueno para mi.

Es agresivo...pero me ayudará a reducir el tumor y en eso tenía y tengo que seguir pensando.

No quise y no quiero ver la quimio como algo malo porque me está curando y tengo que agradecer que exista esta posibilidad de tratamiento.

Al rato de comenzar mi tratamiento, se sentó a mi lado un señora. Nos pusimos a charlar y mi hermana me soltó la mano sin que yo me diera cuenta y salió fuera.

Yo hablé con la señora y escuché sus cosas y ella escuchó las mías.

Terminamos riéndonos. Me informó que mi tratamiento corto, duraba 2 horas. Yo no lo sabía pero ella me preguntó "que tratamiento tienes?".

Y le dije "no sé...dice tratamiento corto cada 21 días". Y dijo "que suerte!".

Le pregunté que ella cual tenía. Y me dijo que ella iba todos los días 5 horas!!!.

Y pensé GRACIAS AL CIELO. GRACIAS!!!.

Salí de la primera quimioterapia, mi hermana me abrazó y me dijo BIEN HERMANA...ya empezaste!...una menos que te queda!. Y tenía razón...era una menos.

En la actualidad...ya pasé 3 ciclos.

El próximo martes 9 de junio me toca el 4to. ciclo y estoy ansiosa porque según lo pautado, es el último fuerte. Luego y según mi oncóloga los tratamientos serán más suaves.

Los efectos secundarios hasta hoy, de estos ciclos fuertes...han sido los esperados pero leves.

He tenido alguna que otra náusea, ningún vómito (hasta hoy y espero que así siga), se me ha caído el pelo pero cuando empezó...me rapé y tengo una estupenda colección de pañuelos de colores para cubrir mi redonda cabeza y mis uñas están muy negras.

Lo que sí tengo cada vez que salgo del tratamiento es un cansancio en el cuerpo como si me hubiera pasado el ejército ruso por la espalda. Vivo en un cuarto piso sin ascensor y para llegar hasta mi casa...tardo una eternidad porque el cuerpo, no me responde. Pero por suerte me dura pocos días y luego...todo vuelve más o menos a la normalidad.

Los efectos estéticos en estos momentos, no me preocupan. Son pasajeros y los llevo bien porque intento pensar eso...que son pasajeros.

Ahora sólo queda pasar la próxima quimio...y luego, hacer planes para lo que sigue.

Y a seguir el camino de la recuperación.

sábado, 6 de junio de 2009

Mi libélula


A mi querida hermana, mayor que yo muy poquitos años, la llamo "la libélula".

Ella se ríe y dice que si...que así se siente muchas veces frágil como un libélula salvo...cuando tiene que defender a los suyos.

Para ella ha sido y es duro saber que su hermana menor está enferma, pero eso no le impide estar a mi lado, aún a 12.000 km. de distancia siempre con una palabra de apoyo y su caudal de energía positiva.

A los pocos días de contarle que tenía cáncer de mama, llegó a Madrid.

En cuanto la vi me refugié en sus brazos, como si fuera una niña pequeña. Es la primera vez en mi vida que necesito protección y no me importó decirlo...sólo me faltó aceptarlo y luego, pedirlo. Y la tuve.

Con mi hermana he pasado lo que yo creo hoy...que ya llevo 3 meses de tratamiento, los momentos más duros de esta enfermedad.

Al falta aún de un trecho por recorrer, creo que he pasado ya 4 momentos muy duros.

El primero...escuchar que tenía "cáncer de mama".

El segundo, esperar durante 3 semanas los resultados para saber que tipo de cáncer tenía, en que estadio estaba y si tenía metástasis.

El tercero, comenzar la quimioterapia.

El cuarto, los efectos secundarios en mi caso y gracias al universo...estéticos.

Durante 3 semanas me hicieron diferentes pruebas en el siguiente orden:

* Paaf (punción de aguja fina para extraer líquido tumoral).
* Biopsia (extracción de tejido para analizarlo y determinar que tipo de cáncer era).
* Granmagrafía ósea (examen nuclear para ver si tenía metástasis en los huesos).
* Ecocardiograma en situación basal (para ver mi corazón y los vasos sanguíneos).
* Tac de abdomen, tórax y pelvis(para ver si tenía algún órgano con metástasis).

Estas pruebas las hice, de la mano de mi hermana. Y el período que pasó entre unas y otras lo he podido superar gracias a ella.

Mi hermana me ha dado media vida, y creo que me la hubiera dado toda, si hubiera hecho falta.

Me ha cuidado, me ha hablado, me ha escuchado, me ha entendido, me ha mimado, me ha alimentado y me ha ayudado a levantar la cabeza cuando yo, sentía que me hundía.

Ella ha sido y es la persona a la que, sin lugar duda, le debo mi vida.

Con su aspecto frágil y paciente ha escuchado cosas de terribles de mi boca cuando en algún momento yo creía, que no podría con esto.

Me ha entendido y respetado cada estado, cada altibajo, cada lágrima, cada silencio por eso...tengo agradecerle todo, a mi querida hermana.

Pasamos juntas las pruebas y fue duro. Hasta el día 3 de abril, día que mi hermana y yo, fuimos de la mano y nos sentamos...frente a la oncóloga.

Mi doctora...es una dulzura. Es directa pero siempre tiene una sonrisa para decir cosas duras.

Y sentadas frente a ella, escuchamos los resultados. Por supuesto, yo ya llevaba 3 semanas leyendo en Internet todas las posibilidades.

Mi hermana me decía que eso no era bueno...que no investigara tanto sobre el cáncer de mama.

Pero le decía que yo, necesitaba saber a lo que me enfrento. Hay que gente que no lo necesita pero yo sí, es mi carácter y sabiendo las opciones yo, me quedo más tranquila.

Ese 3 de abril la oncóloga nos dijo ..."el tac está bien, la granma....está bien, el ecocardiograma...está bien.

Bueno "...tienes un carcinoma ductal infiltrante". En ese momento la interrumpí y como yo ya sabía que infiltrante era invasivo, se lo pregunté para que me lo confirme.

Le dije "...eso es invasivo no?" . Y me dijo si!.

Continúo diciendo "es un cáncer mixto (ductal y lobulillar) y está en grado I".

Todo esto significaba que si bien era un cáncer invasivo... no tenía metástasis y además estaba mas o menos.... cogido a tiempo.

Cuando la oncóloga dijo esto, mi hermana...me abrazó.

Y me dijo "...hermana...lo vamos a superar, no hay metástasis que sería lo más duro, vamos a salir de esto pronto".

La doctora nos miró y no dijo "bueno, ahora tenemos que tomar una decisión sobre el tratamiento a seguir.

Tu tumor es grande, mide 4 cms. y ahora mismo te correspondería realizarte una mastectomía.

La otra opción es, darte durante 6 meses quimioterapia para reducir el tumor y luego, cuando este reduzca, operarte".

Le pregunté (ya lo había leído) si esta segunda opción era para hacer cirugía conservadora y así, no quitarme el pecho.

Y me dijo "EXACTO considero que, podemos reducirlo y así que la operación será menos agresiva".

Acepté esta opción.

La doctora agregó "tenemos una cosa buena y una mala.

En broma le dije "...hombre la mala es el cáncer no?".

Se rió y me dijo "si bien tu tumor es grande, crece lentamente. Eso es bueno.

Lo malo, es que la quimioterapia del principio será fuerte y tendrá efectos secundarios".


Y le dije...vale.

Me preguntó cuando quería empezar la quimio...que podía hacerla ese mismo día y le dije "no doctora, prefiero pasar el fin de semana tranquila y preparándome psicológicamente para comenzar la quimio". Le pareció bien.

Salimos mi hermana y yo contentas. Mi hermana...mucho más feliz que yo porque yo seguía un poco nerviosa y no estaba valorando en su justa medida, las buenas noticias que había recibido.

Pero mi querida hermana me las hizo ver.

Y la libélula me llevó en sus alas...hacia casa, y me cuidó y protegió hasta el lunes siguiente, día que recibiría, mi primer ciclo de quimioterapia.

viernes, 5 de junio de 2009

El amor en el camino

Tres años ha durado mi relación con mi pseudo pareja. Digo pseudo porque no era una pareja al uso, era sólo una relación afectiva de amigos/amantes.

En todo este tiempo yo he asumido el rol de, mujer adulta que aceptaba la situación tal como se presentaba. Y me he adaptado a ella, hasta la confirmación de mi enfermedad.

Siempre supe que, ante la más mínima posibilidad de ser "pareja normal" de D, saldría corriendo o como mínimo...me lo pensaría mucho. Y esta decisión no tiene nada que ver con el sentimiento, sino con la más cruda realidad.

Es un hombre seductor, atractivo, guapo, simpático, muy ocupado y extremadamente egoísta.

El 24 de febrero cuando ya casi todos sabían lo que me pasaba, lo llamé.

Yo: Hola...

El: Que tal preciosa como estás?

Yo: Necesito hablar contigo, ven hoy a casa.

El: Pero pasa algo?

Si: Tengo cáncer y necesito que vengas.

El: Hoy? Mmmm bueno, voy a ver como encajo los horarios.

Este comentario me dejó de piedra.

Acto seguido, le mandé un sms. Le dije "D en 3 años jamás te he pedido nada, me parece que me merezco que hagas el esfuerzo que tengas que hacer para venir hoy a mi casa...lo necesito y es lo justo".

Me contestó que por supuesto, que en estos momentos hay que estar con la gente que uno quiere...etc.etc...frases hechas de las que el es el rey...yo creo que debe tener un manual.

Vino a mi casa, yo tenía la cara desencajada. Mi vecina que estuvo conmigo ese día me confirmó que mi cara no era mi cara. Tenía los cuencos de los ojos profundos, como si se me hubieran hundido. Supongo que sería de llorar.

Cuando abrí la puerta, D se desencajó. Nunca en la vida me ha visto llorar, ni mal, ni preocupada. Siempre estoy riendo, soy muy charlatana, y esa que abrió la puerta, no era Kris.

Entro y le conté todo. Lloraba yo desconsoladamente y el...me tenía cogida de la mano.

Cuando terminé de contarle todo me dijo "basta de llorar, tienes que ser fuerte, asume la enfermedad YA, tu no eres esto, tiene que luchar, tienes que prepararte para lo que viene, es largo, es doloroso, es duro. Pero tienes que asumir que, tienes cáncer, reza a alguien si crees para que no tengas metástasis, si es así, sólo tienes dos opciones, curarte o morirte y si te mueres, te enterraremos y te lloraremos, pero esto es así".

Yo lloraba más aún y le decía que no podía asimilar en 48 horas esta noticia, que es normal que llore y que era muy duro para mi esto porque yo, estaba sola.

Continúo hablándome y cada vez era peor "me dijo, asume la enfermedad sola, estas sola por elección propia, tu familia está lejos y no tiene porque hacerse cargo de tu enfermedad, además tu hermana tiene muchos problemas con tu sobrina y tu has elegido una vida así a 12.000 km. de distancia. Tienes que salir adelante sola con esto".

Estuvo en mi casa 10 minutos.

Se fue y al día siguiente, yo me levanté más tranquila.

Le mande un sms y le dije "estoy más tranquila, no te preocupes que todo va a salir bien".

Me contestó que mejor, que estaba asustado por como me había visto.

Y le dije "no te preocupes guapo...yerba mala nunca muere".

Pasó una semana y no me llamó.

Cuando lo hizo no le cogí el teléfono. Y no se lo he vuelto a coger nunca más.

Le envíe un mail de despedida. Le dije que no me llamara más, que esta relación se había terminado, que le ahorraba el pasar el cáncer conmigo, que yo necesitaba mucha armonía, paz, cariño y no estaba ahora para enfadarme o tratar de entender como una persona con la que he estado tanto tiempo, no tiene la sensibilidad de llamarme para ver como estoy".

Le dije que le deseaba lo mejor. También que esta relación hacía tiempo que no me hacía bien, sus circunstancias y el mismo me habían convencido que...así como estábamos...estábamos bien. Pero no era real.

Y mi enfermedad sí es real.

En estos momentos de mi vida lo que necesito es...sanear mi entorno, mis emociones, mis relaciones, mi alma, mi cuerpo y todo...para superar el cáncer.

Y necesito que la gente que esté a mi lado se OCUPE y no sólo se PREOCUPE por mi. La diferencia entre una palabra y otra es que una...tiene un componente de acción.

Accionar para darme algo, cariño, apoyo, interés, amor, palabras o milquinientas posibilidades. Porque cada uno da lo que puede. Pero no dar nada, no me sirve.

Siempre he sido una mujer independiente y la enfermedad nos hace ser todo lo contrario: dependientes.

Esto me ha costado mucho asumirlo, pero estoy en ello porque es parte del cambio que he decidido hacer en mi vida para ir ligera de equipaje en este camino con tramos a veces durísimos, otros más ligeros, otros bien llevados...!

Por eso, mi forma de comenzar a superar el cáncer de mama ha sido eliminar las cosas tóxicas de mi vida.

Comencé dejando de fumar al segundo día de recibida la noticia.

Mi alimentación que ya era bastante sana, se transformó en sana al 100%.

Me apunté a yoga mental.

Pedí ayuda psicológica a la AECC (Asociación Española contra el cáncer) y estoy haciendo terapia gratuita con una chica genial.

Y entre otras muchas cosas, perdoné a D en la distancia y sin que el lo sepa. No quiero esa relación pero tampoco quiero tener sentimientos negativos como rencor, odio, rabia, porque esos sólo me hacen mal a mi.

Y así comencé a buscar energía positiva a mi lado y la generadora más potente del planeta es MI HERMANA.

martes, 2 de junio de 2009

El DíA

Con los ojos hinchados de llorar y casi no dormir, me duché y me fui a la cita con mi ginecólogo.

Tenía en la cabeza muchos términos médicos recién descubiertos, tumor, carcinoma, lobular, ductal...entre otros pero en el fondo de mi alma...quería que esto sólo fuera información que serviría para alguien, no para mi porque yo, quería tener un tumor benigno.

Pese a ese deseo..no sé como explicarlo pero algo dentro de mi...sabía que mi tumor era maligno.

La noche anterior hice un repaso rápido por mi pasado reciente, para buscar en las causas no físicas, la causa de mi enfermedad.

Quería saber porque -yo creo en esto-...que podría haberme hecho enfermar y no fue difícil encontrar los motivos.

Llevaba 2 años con mucho stress por problemas laborales y triste por penitas del corazón y sabía que eso...bueno no podía ser para mi cuerpo.

Yo estoy convencida que, si la cabeza no va bien...el cuerpo tampoco irá bien. Porque somos físico, espíritu y mente. Y si algo está en desarmonia...pues lo demás, se altera. Tal vez por eso, sabía que lo que yo tenía, era malo.

Pero ese DÍA por la mañana mi mayor preocupación era convencer a mis piernas que dejaran de temblar para así poder salir de casa, llegar al metro y ver a mi ginecólogo Fernando al que conozco desde hace 15 años.

El día anterior lo había llamado. El siempre me tranquiliza y por teléfono lo hizo. Me dijo que no adelantara acontecimientos, que el miraría mis resultados y hablaría conmigo al día siguiente.

Y con esa pequeñita ilusión que Fernando me había dado...llegué a la consulta.

Por primera vez en tantos años, no se levantó a darme dos besos y decirme su habitual piropo de "hola guapísima". Sus ojos estaban inmersos en todos los papeles que tenía sobre la mesa. Su cara era de pena y yo me senté frente a el y lo miré.

Me quedé en silencio mirándolo mientras el intentaba "elaborar" la frase para comenzar...una charla.

Titubeaba mientras decía "bueno Kris, he estado viendo tus pruebas...y no tengo buenas noticias...". Siguió diciendo no sé que...pero lo interrumpí y le pregunté "Fernando...tu sabes que yo vivo sola, que no tengo familia en España, y todo lo que tengas que decirme, dímelo claro. Tengo cáncer?.

Fernando levantó sus ojos, en esta ocasión tristes...y me miró por primera vez.

Me dijo "me da mucha rabia tener que decirte esto a ti, porque te quiero mucho y te conozco desde hace muchos años, pero si...tienes cáncer!".

Las lágrimas comenzaron a rodar por mis mejillas y el se levantó de su silla, se acercó y me abrazó.

Me dijo "tranquila, lo vamos a sacar adelante, tu eres muy fuerte y vas a poder con ello. Tengo rabia por no haberte obligado a hacerte la mamografía antes, pero tenemos que esperar a hacer más pruebas".

Yo dejé de llorar y volví a sentarme. Le dije bueno "dime que hacemos ahora, tengo que avisar a mi familia en Argentina y organizar esto".

Me contó que me harían varias pruebas, la primera un PAAF (punción de aguja fina) para extraer líquido tumoral y así, tener más datos.

Hizo mucho hincapié en que "hay que ponerle nombre y apellido al tumor. Y cuanto antes". Yo no entendí esto, para mi el cáncer era cáncer y por cierto, era la enfermedad a la que más miedo he tenido en mi vida.

Salí de la consulta con otro abrazo de Fernando y la cita para el día siguiente para hacerme la punción en el Hospital de la Paz.

Cuando estaba en la calle, volví a sentarme en el banco del día anterior para comenzar a organizar todo.

El "cuanto antes" del gine había sido claro.

Y yo, tenía que llamar a Argentina. Antes, llamé a mi amiga Dani para contárselo. Sólo pude decir "Dani tengo cáncer". Y luego, entre llanto y llanto le dije "...pero no te preocupes, todo va a salir bien, pero no sé como decírselo a mi familia. Están lejos y esto será terrible para ellos".

Me dijo que llame y que se lo diga a mi hermana, que ellos serán fuertes por mi, porque yo ahora, y por primera vez en mi vida, necesito cuidados especiales. No sólo físicos, sino emocionales.

Recibir esta noticia es terrible para todo el mundo, pero yo estaba sola, con mi familia a 12.000 kilómetros de distancia y esto...me hundía en un pozo inmenso...porque no podía ser abrazada por los mios como me hubiera hecho falta.

Pero escuché a Dani que me consoló y me dio cariño. Me dijo que vaya a casa, que me relaje y que luego llame a mi familia.

Y así lo hice.

Empecé a organizar la noticia. Sabía que la persona de mi familia ideal para recibir la noticia era mi hermana Silvia porque es un ser especial, madre de 3 hijos, mis amados sobrinos, y si bien parece una libélula...cuando tiene que defender a los suyos es, una leona.

Luego, empecé a pensar a quien de mis amig@s se lo decía primero y a quien al final. Pensaba, con quien yo puedo llorar y desahogarme y con quien no puedo hacerlo y por el contrario, debo mostrarme fuerte y segura porque ell@s, se derrumbarían.

Y llamé a mi hermana....solo dije "HOLA" y mi hermana me preguntó "QUE PASA HERMANA?." Mi hermana supo desde el primer instante...que algo malo pasaba.

Le contesté "hermanita, no tengo buenas noticias". Ella insistió "que pasa?".

Intentando no llorar le dije "tengo cáncer de mama y te necesito".

Ella me dijo "tranquila mi vida, lo vas a superar y yo me voy para España mañana mismo, no estarás sola, te amo, todos te amamos y vamos a estar juntos en esto".
Cuando noté a mi hermana fuerte, me derrumbé y lloré sin parar por teléfono.

Me tranquilizó como sólo ella sabe hacerlo y comenzamos a organizaros para su viaje.

Luego me tocó llamar a Angi, mi amiga/hermana de Argentina. Somos amigas desde los 14 años o sea hace 34 años y más que amiga es eso, parte de vida.

Se lo conté y lloramos juntas. Me dijo que me quede tranquila, que esperemos a ver los resultados de todas las pruebas. Angie es psicóloga pero en este caso, no le sirvió de mucho, su amiga del alma tenía cáncer y no había cátedra que le enseñara a como asimilar esta noticia.

Y así, lentamente, fui confirmando la noticia a todos.

Al mismo tiempo, me la reconfirmaba yo a mi misma.

Y lloré durante 72 horas.

Y cuando ya casi no tenía lágrimas, decidí...que tenía que ponerme "manos a la obra para superar el cáncer de mama".


lunes, 1 de junio de 2009

Un día cualquiera

El 23 de febrero de 2009 y luego de estar bastante tiempo regañando por no querer hacerme una mamografía...fui a hacérmela.

Tengo 48 años y todas sabemos porque lo vemos a diario en las campañas publicitarias, que tenemos que hacernos...una mamografía a partir de ciertas edades.

Pero muchas mujeres tenemos los mismos argumentos que a continuación detallo, para no hacérnosla:

1.- No tengo tiempo.
2.- No tengo ningún bulto extraño.
3.- Me encuentro perfectamente.
4.- La mamografía es molesta, te aprietan el pecho.
5.- Como voy yo a tener cáncer!.

Estas, son algunas de las excusas que ponemos.

Hay muchas otras, pero estas que eran las mías, las he cotejado con amigas y hemos encontrado el denominador común: no creemos que nos pueda pasar a nosotras.

Soy una mujer inteligente -como dice mi perfil- e independiente, con una profesión liberal, actualizada, moderna, segura e independiente. Y nada de esto me ha servido el martes 24 de febrero para no derrumbarme cuando me confirmaron que tenía...cáncer de mama.

Cuando me hice la mamografía el día antes, pasaron muchas cosas raras por mi mente.

Y así fue el comienzo.

Llegué a la clínica, esperé mi turno pero rápidamente, entre a hacerme la mamografía.

Me la hicieron y me dijeron "espere fuera que enseguida le avisamos para que se vaya".

Salí y los pocos minutos, me vuelven a llamar. Me repiten la mamografía pero ahora sólo en un pecho.

Volví a salir, un poco molesta pensando "...que torpes son, les habrá salido mal y claro, yo tengo que perder el tiempo aquí!".

Vuelvo a esperar en la sala correspondiente, y vuelven a llamarme.

La situación ahora era distinta.

Las mamografías estaban colocadas sobre esa caja de luz que tiene los médicos. La enfermera tenía una cara diferente.

El médico me preguntó si "yo tenía alguna operación en el pecho?". Le dije que no mientras mis ojos recorrían las radiografías de mi mama, que estaban allí expuestas.

Vi en ellas una mancha blanca, pero mi mente en ese momento comenzó a desvariar.

El dialogo con el médico fue surrealista.

Dr: Tiene una lesión en su pecho izquierdo.

Yo: Si...bueno, tengo la mama fibroquística por lo que esa lesión...puede ser un quiste verdad?.

Dr: No es un quiste, es una lesión y tiene que ir al ginecólogo urgentemente.

Yo: Porque? Debe ser un quiste nuevo, y el año pasado mi di un golpe en el pecho...debe ser eso!.

Dr: Tiene que pedir cita con el ginecólogo urgente...la enfermera la acompañará.

En ese instante, se instaló en mi mente lo que yo denomino "el cono acústico".

Sentí como mi cabeza estaba dentro de algo y ya no escuchaba lo que pasaba a mi alrededor. Creo que entré en un estado de shock sin darme cuenta...o tal vez, porque me estaba dando cuenta de lo que se estaba insinuando pese a que mi cabeza no podía pensar.

No recuerdo el tiempo que pasó entre que salí de la consulta...y llegué a casa. Es más ni recuerdo como lo hice, sólo recuerdo palabras de la enfermera escuchadas como si fuera a lo lejos...a la distancia.

Vagamente recuerdo una frase: "quiere un vaso de agua...quiere sentarse?". Hubo más preguntas, pero no las recuerdo. Yo a todo decía que no, con la cabeza.

Con ese cono imaginario en la cabeza, pasé por varias zonas de la clínica.

Mi paso por las diferentes zonas lo vivía como si fuera una película. Sólo veía caras, no escuchaba nada, y notaba o sentía que todos, me miraban con cara de pena.

En un momento, la enfermera me sentó frente a otra persona que estaba delante de un ordenador. Me dijo "tenemos que darle cita para una punción y para hacerse una ecografía. También le daremos cita con el cirujano que la va a operar y con el cirujano plástico".

Yo, sentada delante de esta persona y mientras me hablaban, miré a la enfermera que no me soltaba del brazo y le pregunté:

Yo: Una lesión es un tumor?

Enfermera: Si

Yo: Hice silencio, seguí pensando, levanté la cabeza y le pregunté "...pero un tumor puede ser benigno o maligno no?.

Enfermera: Si

Yo: Haciendo los mismos gestos de reflexión...vuelvo a mirar y le digo "pero si es maligno se puede curar verdad?.

Enfermera: Por supuesto, esa es la actitud que tienes que tener.

En ese momento...supe que algo grave pasaba. Pero no era capaz de dimensionar el tema.

Nunca en mi vida he estado enferma de nada. Nunca me han operado ni siquiera de las amígdalas ni del apéndice.

Confusa, con un montón de papeles para citas URGENTES con diferentes profesionales, salí a la calle.

Me quedé parada en la esquina, me encendí un cigarrillo con cierta dificultad ya que me temblaban las manos y por primera vez en mi vida...no supe que hacer.

Comencé a llorar y a caminar. No sabía a donde iba, no recordaba como había llegado hasta la clínica, si en metro, en autobús o en taxi...y desorientada, me senté en un banco de la plaza que está frente a la clínica.

Me quedé un rato así, sentada, fumando y llorando hasta que llamé a una amiga.

Le dije a M "...tengo un tumor y creo que es maligno".

Ella se quedó de piedra...e intentó tranquilizarme. Me dijo que esperara los resultados del día siguiente. Con esto me tranquilicé pero, sólo un poco, el suficiente para poder continuar camino.

Nunca supe como llegué a casa pero cuando ya estaba en ella, me senté y estuve 2 horas mirando la pared. Luego me levanté y volví a la clínica para ver al cirujano y hacerme una ecografía.

No recuerdo a que hora terminó la ecografía, la visita al cirujano plástico, etc. sólo sé que volví a casa a las 19.00 hs. y desde esa hora y hasta las 05.00 hs., estuve investigando en Internet sobre el cáncer de mama.

De tanto leer y leer sobre descubrí que, una mancha blanca redonda en la mamografía, es un tumor benigno. Si por el contrario fuese especulado, en forma de estrella o similar, sería maligno en un 90%.

Exprimí un poco mi cerebro para hacer memoria, ya que la mamografía se había quedado en la clínica, y recordé que yo...había visto la mancha blanca...redonda.

Esto en principio y, hasta que no amaneciera y llegara la hora de la cita con mi ginecólogo me daba una posibilidad de NO tener cáncer de mama...